Eficiencia energética al alcance de todos

Un hogar español puede conseguir ahorrar agua y energía en gran medida sin tener que reducir el confort ni los niveles de iluminación, calefacción o refrigeración. Esta práctica se conoce como el aumento de la eficiencia energética en el hogar.

En este sentido, los profesionales de la energía pueden conseguir que una familia reduzca el consumo mensual de agua y energía, lo que consigue que se reduzcan las facturas de electricidad, agua y gas natural, simplemente siguiendo determinadas prácticas e instalaciones eficientes en cuanto a consumo. Sobre algunas de ellas te contamos a continuación.

Lo básico para la eficiencia

Para conseguir la reducción del consumo en los hogares españoles fue básico la divulgación de algunas prácticas básicas de uso eficiente de la energía, tales como el uso de bombillas de bajo consumo, la desconexión de aparatos eléctricos cuando no están en funcionamiento, el uso moderado del aire acondicionado, etc.

Pero sobre todo, resultó fundamental la sustitución de viejos electrodomésticos por otros de mayor rendimiento, con una mayor eficiencia energética y que debían mostrar su consumo mediante una etiqueta de eficiencia energética.

 Sin embargo, para dar un paso más allá, es necesario que los hogares comiencen a adoptar sistemas y equipos de ahorro energético más sofisticados. Mucha gente cree que este tipo de sistemas y equipos son muy caros y no merecen la pena. Sin embargo, la reducción del consumo que permiten los convierte en una gran inversión. Veamos algunos:

Iluminación LED: los sistemas LED consumen casi un 80% menos que la iluminación tradicional, con una mayor calidad. Hay productos que alcanzan rendimientos de hasta 200 lúmenes por vatio.

Aislamiento térmico: es un sistema fundamental para reducir el consumo energético, evitando fugas de temperatura. La instalación de coquillas aislantes en tubo, en plancha o de lana mineral puede evitar la pérdida de energía entre un 10 a 30 %.

Termostatos y repartidores de costes: la calefacción  puede suponer el 40% del consumo mensual de energía en verano. La instalación de termostatos inteligentes, repartidores de costes y otros equipos nos permiten contabilizar de manera individual el consumo y reducir en un 25 % el consumo de calefacción.

Temporizadores: son una alternativa diferente para acabar con los consumos innecesarios, como con la iluminación. En función del modo y el artefacto en que se utilice, permite ahorros de hasta un 15 %.

Detectores de presencia: para activar y desactivar la iluminación de manera automática, según detecta o no la presencia de personas.

Energías Renovables: el futuro se encamina hacia este tipo de energía. Para producir agua caliente sanitaria y calefacción, se puede recurrir a las bombas de calor aerotérmicas o geotérmicas, de la misma manera que podemos aprovechar el calor y la radiación solar mediante paneles solares.

Variadores de velocidad: gracias a estos podemos optimizar el arranque y funcionamiento de los motores y su nivel de consumo, alcanzando niveles del 50 % de ahorro energético con bombas y ventiladores.

El nivel de ahorro que puede alcanzarse con este tipo de productos y sistemas puede llegar a colocarse por encima del 50% del consumo medio de una vivienda, aumentando la eficiencia energética y, por ende, reduciendo las facturas mensuales del consumidor. Además, también se contribuye al mejoramiento del ecosistema: la adopción de medidas de eficiencia y reducción puede evitar emisiones de CO2 equivalentes a las anuales emitidas por 2 millones de automóviles.